abril 02, 2013


Ante mis ojos dos tubos de maquillaje. Uno tiene una inscripción "carne", el otro, "negro". El cuarto de baño es pequeño y la muchacha que está a mi derecha me incomoda. Le falta energía, flexibilidad, da la impresión de que va a ponerse a llorar. Ha elegido maquillarse primero de mujer blanca. Por lo tanto, yo me maquillo de negro. Tengo retorcijones, hasta que me dijo: "No pasa nada, esto no es nada. Será divertido". En realidad, de divertido no tiene nada. Me acuerdo de lo que me ha impulsado a aceptar bajar por los Campos Elíseos disfrazado de negro y, después, de blanco.

-Alejandro Jodorowsky